Estas tres cosas pueden estar dañando tus carillas dentales.

Las carillas dentales (ya sean de composite o cerámica) son una inversión estética y funcional que mejora la sonrisa. Pero, como cualquier restauración, requieren cuidados específicos. Aquí repasamos las 3 causas principales que suelen provocar desgaste, manchas, fracturas o desajustes en carillas — y te explicamos *qué hacer* para protegerlas y prolongar su vida útil.

 1) Malos hábitos: usos inadecuados que generan daños mecánicos.

Muchos pacientes no consideran que ciertos gestos cotidianos pueden provocar microfracturas o desprendimientos en las carillas.

Ejemplos comunes

– Morder objetos duros (bolígrafos, uñas, tapas de botellas).
– Masticar hielo o alimentos extremadamente duros (turrones, nueces enteras sin precaución).
– Usar los dientes como herramienta (abrir envases, cortar hilos).
– Hábitos parafuncionales visibles: apretar los dientes en situaciones de tensión.

Cómo evitarlo

– Evita usar la boca como herramienta: abre envases con manos, no con dientes.
– Evita masticar hielo o alimentos muy duros; rompe o parte los alimentos con cubiertos.
– Si trabajas en un entorno que exige uso de manos (artesanía, construcción), ten cuidado extra.
– Sustituye hábitos (como morder lápices) por estrategias de manejo del estrés o por un objeto masticable seguro.

2) Higiene y productos inadecuados: abrasión y tinción

La higiene oral es esencial, pero el tipo de productos y técnicas* que uses puede afectar la superficie de una carilla.

Problemas frecuentes

– Pastas dentales muy abrasivas o con agentes blanqueadores agresivos que matealizan la superficie.
– Cepillos de cerdas duras que producen microarañazos.
– Enjuagues y alimentos muy ácidos (cítricos, refrescos) que, con el tiempo, favorecen el desgaste y pérdida de brillo.
– Tabaco y consumo habitual de té, café o vino tinto que tiñen especialmente composites y bordes mal sellados.

Recomendaciones prácticas

– Usa pasta no abrasiva y un cepillo de cerdas suaves o medio. Pregunta por pastas para restauraciones.
– Evita el uso continuo de productos blanqueadores sobre carillas sin supervisión profesional.
– Si fumas o consumes mucho café/té/ vino, aumenta la frecuencia de limpiezas profesionales y consultas.
– Mantén una higiene completa: cepillado, hilo dental y enjuague adecuado para evitar placa en los márgenes de la carilla.

3) Bruxismo y falta de mantenimiento profesional

El rechinamiento (bruxismo) y la ausencia de revisiones periódicas son causas frecuentes de fallo en carillas.

Por qué es un problema

– El bruxismo genera fuerzas repetitivas elevadas que causan microfracturas, desgaste de bordes y desajuste en la unión adhesiva.
– Sin revisiones, pequeñas fisuras o márgenes abiertos pasan desapercibidos y acaban en fracturas mayores o carillas desprendidas.

Prevención y manejo

– Si rechinas o aprietas los dientes: solicita una férula nocturna (splint) personalizada. Es la medida más efectiva para proteger carillas.
– Revisa tus carillas al menos cada 6–12 meses con tu odontólogo para detectar desgaste temprano y realizar ajustes o pulidos.
– Ante cualquier sensación de “algo raro” (sensibilidad, astillado, cambio de color en el borde), solicita revisión inmediata.

 Signos de que tus carillas necesitan atención

– Aparición de manchas persistentes en los bordes.
– Sensibilidad dental inusual en un diente con carilla.
– Astillados o pequeñas fracturas visibles.
– Cambio en la oclusión (mordida que “no encaja” como antes).
– Carilla que se mueve ligeramente o suena al tocarla.

Si detectas alguno de estos signos, no lo dejes pasar: la intervención temprana suele ser menos invasiva y más económica que la reparación completa.

¿Se pueden reparar las carillas dañadas?

Depende del material y del tipo de daño:

– Composite: a menudo reparable con rebrillado o agregado de material en clínica (rebonding).
– Cerámica: pequeñas fracturas pueden pulirse o recementarse; daños mayores suelen requerir rehacer la carilla.

En Dental & Design evaluamos caso por caso y proponemos la solución con laboratorio propio para máxima precisión.

Consejos rápidos para prolongar la vida de tus carillas

– Usa férula si hay bruxismo.
– Cepilla con pasta no abrasiva y cepillo suave.
– Evita morder objetos o usar los dientes como herramienta.
– Reduce consumo frecuente de bebidas/ alimentos muy pigmentantes.
– Acude a revisiones cada 6–12 meses y a limpiezas profesionales regulares.

¿Cuándo pedir una valoración?

Pide cita si notas sensibilidad nueva, astillados, pérdida de brillo o manchas en los márgenes. Una valoración virtual rápida nos permite orientar si necesitas reparación o un plan de mantenimiento.

¿Puedo blanquear las carillas?

No. Los blanqueadores no cambian el color de las carillas cerámicas o composites ya colocadas. Si quieres un cambio de tono, consulta con tu dentista sobre reemplazo o reacabado.

¿Cuánto duran las carillas?

Depende del material, cuidados y hábitos. Con mantenimiento y evitando lo descrito arriba, las carillas cerámicas suelen durar 10–15 años o más; las de composite entre 5–10 años.

¿Qué hago si se me astilla una carilla?

Contacta con tu clínica para valoración urgente. En muchos casos se puede reparar o temporalmente proteger hasta la intervención.